Un abrazo de jazz brasileño
AVILES, ESPAÑA
Un abrazo de jazz brasileño
Vaudí - Turienzo |
El dúo de piano y guitarra ofreció su primer concierto (segundo del ciclo 'Avilés Arte Sonoro 2011') tras un otoño de ensayos en el que han planeado ofrecer una visión a cuatro manos del género estrella del jazz brasileño: la bossanova. De este modo, ambos músicos salieron a escena interpretando un desenfadado 'scat' (ritmo chasqueado de boca y dedos) para empezar con 'Samba de verao' y hacer del concierto un pequeño rincón del trópico. En las pausas se hizo mención a Joao Gilberto, Marcos Valle, Caetano Veloso o Tom Jobim, cuyo 'Aguas de março' señaló el primer pico de emotividad de la actuación. El virtuosismo de Turienzo se permitió hacer unas breves variaciones sobre este tema, respondidas con los requiebros vocales de Vaudí, dando otra forma al clásico que Jobim inmortalizó junto a la cantante Elis Regina en 1974.
El resto de la relajada sesión se repartió entre otros números interpretados al alimón o en solitario, dándose ambos el relevo del jazz y lo callejero. Turienzo se soltó a la maestría interpretativa con piezas propias, de Antonio 'Musiquita' y homenajes a la familia Orbón («los mejores músicos que ha dado Avilés») y hasta a su propio padre, recuperado de una grave dolencia, al que dedicó un sentido 'Adiós Nonino' de Astor Piazzolla. Vaudí, por su parte, puso los acentos en lo 'brasilero' con 'O pato' o 'Chega de saudade', que sonaron tan alegres y melancólicas como sólo la bossanova y la 'saudade' (morriña) saben hacerlo a un tiempo, y alternando con números de voz y pequeña percusión, 'contagiando' al patio de butacas sus ritmos de sabor latino por los cuatro costados.
Tras hora y media de canciones, bromas y distendida mezcla de charla y música, ambos músicos se fundieron en un abrazo como el que el piano y la guitarra se dieron en su armonía durante toda la sesión. Un símbolo de lo que significa pasarlo bien sobre un escenario, con una música que ya no es sólo brasileña, sino que pertenece a todo el mundo.